La Operación Esperanza alegró el corazón de los colombianos con el regreso de los cuatro niños perdidos en la selva del Guaviare durante 39 días

“Gracias a los mayores, a los espíritus, a nuestra madre selva, a todos los pueblos indígenas, a la guardia indígena, a los sectores sociales, al Gobierno Nacional y a las Fuerzas Militares de Colombia, con quienes hicimos una conversa espiritual con nuestra madre selva, hoy han regresado los niños que salvaguardó durante 39 días.   Los niños fueron cuidados por los espíritus del agua, del sol, de la luna, de los árboles, del duende y del viento”.

Con estas palabras el director general de la Unidad de Restitución de Tierras, Giovani Yule, destacó el trabajo de todo el equipo humano que trabajó en la búsqueda de los niños y que culminó en las últimas horas con el regreso a casa de los menores.

Giovani Yule, participó de la Operación Esperanza como líder indígena y delegado del Gobierno Nacional, y durante el periodo que duró la búsqueda, se encargó de poner al servicio del Estado los saberes ancestrales para encontrar a los menores.  Su gestión se enfocó en convocar a 90 indígenas pertenecientes a distintas comunidades de todo el territorio nacional, quienes atendieron su llamado para participar en el rastreo de los menores perdidos.

Un aporte que fue bien recibido por el Ejército Nacional y que dejó como resultado el hallazgo de los menores en la selva. Así lo narró el comandante de las Fuerzas Especiales, Pedro Sánchez: “Nosotros activamos unas células combinadas integradas por nuestros indígenas y soldados del Ejército Nacional y fue de una de esas células, en las cuales iban nuestros indígenas de la comunidad Muruy, las que pronunciaron la palabra clave, sobre las 5 de la tarde: milagro”.

Con la noticia de que los niños fueron cuidados por la madre selva, las comunidades indígenas y sus líderes, aseguran que esto un mensaje que tiene que ver con la importancia que tienen los menores de edad en sus comunidades y en todo el territorio colombiano; según las costumbres y creencias de los pueblos indígenas que participaron en la búsqueda, los niños regresan para demostrarle a Colombia que aún existe la esperanza de construir un mejor país para nuestros niños y jóvenes.